Hola chicos.
Escribo esta carta para despedirme de vosotros y para transmitiros todo lo que siento ahora mismo.
Por una parte siento tristeza y por otra, alegría.
Siento
TRISTEZA porque se acaba un ciclo maravilloso de tres años en el que hemos estado juntos muchas horas durante muchos días al año y tengo que despedirme de vosotros. Estoy triste porque sois parte de mi vida y os quiero como si fuerais mis hijos.
Pero también siento mucha
ALEGRÍA. Estoy alegre por haberos conocido y haber sido vuestro maestro durante estos tres años. Siento alegría por todo el cariño que me habéis dado y me habéis transmitido. Siento alegría por haber sido guía en vuestro crecimiento, en vuestra maduración y en vuestros aprendizajes. Siento alegría por todo lo que yo también he aprendido como consecuencia de ser vuestro tutor (sí, los maestros también aprendemos, mejoramos y evolucionamos gracias a vosotros).
Todos los cursos finalizan con la entrega de las dichosas notas numéricas, donde los maestros nos vemos obligados a etiquetar con un número a vuestro rendimiento en una asignatura o área. Aunque en vuestras notas abundan los sietes, ochos y nueves, no reflejan que muchos habéis sacado un
10 en ser buen compañero, en trabajo en equipo, en esfuerzo, en tener una actitud siempre optimista ante las situaciones adversas, en simpatía, cariño, empatía y en mostrarme siempre la mejor de vuestras sonrisas.
Decidle a vuestros papás y mamás que nuestro grupo de clase es increíble. Decidles que entre todos tus compañeros seguro que hay un futuro científico, un futuro artista, algún deportista, algún matemático, físico o ingeniero, algún médico o enfermero, algún empresario, alguien que se dedique a los medios de comunicación..... o quizás tenga otro trabajo menos cualificado, pero decidles que todos tenéis unos excelentes cimientos para ser buenas personas y ser muy felices.
Decidles que os apoyen en vuestro futuro. Decidles que si alguna vez falláis en algo o cometéis algún error, que os ayuden a superarlo (la historia está llena de ejemplos de grandes triunfadores que han sabido reponerse de varios fracasos).
Hasta siempre. Siempre os llevaré en mi corazón.
Benito.
¡Parece qué fue ayer cuando empezamos el curso! Y como, por arte de magia, ya hemos terminado el primer trimestre. Ha sido poco más de tres meses donde hemos realizado un fantástico trabajo en todas las áreas, primando la calidad sobre la cantidad.
